miércoles, 20 de abril de 2011

Diana Isabel Hernández escribió...

Andreita, mi primita querida:

Hoy es tu cumpleaños y todos los que te aman te recuerdan todo el día.  Te cantan en francés, te besan en castellano.  Te llenas de nostalgia por nuestra patria querida, tan llena de sabores. Te dan ganas de tomarte un jugo de maracuyá, de guanábana o de mango.  Te quieres comer una papaya  y cuando las ganas ya son insoportables, resuelves que sería mejor beberte todo junto, al estilo de de Gloria, tu mamá. 

Quería que mi carta fuera un recuerdo muy dulce, como un jugo de Gloria, pero solo puedo compartir contigo esa nostalgia, por que aquí en Buenos Aires, como en Montpellier, no existen esas frutas en el supermercado.  Decidí entonces, que para desearte feliz cumpleaños, solo podía llevarte hasta Francia el recuerdo más feliz de nuestras vidas. Las dos trepando por los cajones del armario de mi tio Victor para alcanzar el cofre del tesoro:  esa caja antigua que por dentro tenía terciopelo verde y muchas monedas.

Fuimos hasta la tienda con los bolsillos pesados.  Llegamos al lugar favorito de las vacaciones y compramos un ejemplar de cada especie de dulce o caramelo que existía hasta la fecha. Volvimos al apartamento de nuestra abuela con los bolsillos llenos, pero no tan pesados.  Fue para nosotras el paraíso de todos los niños: que sensación tener tantos chicles reunidos en la boca, chupar los papelitos fucsias, naranjas y amarillos, los dedos azules o morados, hacer las bombas de chicle más grandes de la historia.

No se si en mi vida he tenido un momento más perfecto que ese: sin culpa, inocente, precioso y total. Creo que fue tan fascinante que ni siquiera recuerdo haber tenido dolor de estomago, ni si fue tremendo el regaño de mi tío Víctor.  Supe que ese día, contigo, había sido auténticamente feliz. Entendí que la fuerza de la palabra feliz está dada por nuestra propia capacidad de tomar, aunque sea solo para selecionar los recuerdos, las muchas sensaciones sabrosas que se pueden tener en un día.

Quiero que este cumpleaños sea más feliz que todos los demás.  No pretendo que mi carta sea el mejor regalo que recibas, pero si que sea un conjuro para traerte la felicidad.  Si no tengo esos poderes mágicos, espero llegar a tí a través de la conciencia que nos dan las palabras, cuando leemos con todo el deseo de encontrar.

Muchas veces Feliz cumpleaños.

Te quiere tu prima tonta y llorona,

Diana Isabel.

2 comentarios:

  1. Algunos comentarios a la pasada:

    1er párrafo: ya que después lo repetís en las oraciones siguientes, conservaría el sujeto "todos" en la segunda oración: "te llaman desde lejos" o algo así.

    Párrafo 2: Lo haría mas corto. La veradera acción comienza, me parece, en el tercer párrafo con la ida al mercado. Por eso, trataría de que este preámbulo no demore mucho llegar a él.

    Párrafo 3: Es el párrafo que más me gusta. Linda primera oración temática.

    Parrafo cuatro: está muy bien el contraste argumental con el párrafo narrativo de arriba. Lo editaría un poco más, sin embargo

    Ultimo párrafo: revisaría la última oración, especialmente la subordinada final.

    Muy lindo texto, diana.

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  2. Merci pour ces jolis mots!

    Siempre has marcado mis cumpleanos con tu magia!


    Je t'aime ma belle cousine!

    Andrea

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